Categories
Recent Posts
- DECISIÓN3rd abril 2019
- Esfuerzo3rd abril 2019
- ”PESCADOR DE HOMBRES”3rd abril 2019
- DECISIÓN
2020 es un término que habitualmente emplean los oftalmólogos y significa que tienes una visión perfecta.
El año dos mil veinte, significa el año de la visión perfecta donde debemos abrir nuestros ojos para mirar bien el futuro que nos espera a corto, a mediano y largo plazo.
Que pasará en lo que miras dentro de uno o dos años, que pasa dentro de seis años, que pasará dentro doce años. Los años que vienen en el futuro están determinado por la calidad de visión que tengas ahora.
Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema. (Éxodo 3:3)
Iré yo ahora y veré esta grande visión.
Dios nos atrae a su presencia para mostrarnos lo grande que Él tiene para nosotros.
La llama solo es lo atractivo de la gran visión. Es posible que cuando sepas lo grande que es la gran visión te asustes.
Si la visión no es grande en realidad no vale la pena moverse a esto Moisés lo llamó la gran visión.
Lo atractivo de la visión.
Si la visión no es atractiva no te moverías ni tú ni los tuyos, ya sea tu familia, tu empresa, tu iglesia, (discípulos) o tu nación.
Que atractivo tiene tu visión en la que valga la pena para que otros desgasten parte de su vida, su tiempo, sus recursos y fuerzas. ¿Valdrá la pena oírte, servirte, y ser parte de tu visión? ¿Incluye tu visión el buen futuro de otros? ¿En tu visión está incluida que los que la siguen serán remunerados con algo más de los que ellos se imaginan?
“Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos? Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.” (S. Mateo 19:27-28)
Jesús nos enseñó que en su visión no habría ninguna persona que lo siguiera y que no fuera remunerada. Si tu visión no tiene esta característica de verdad no vale la pena seguirle. Esto aplica en la política, en la religión, en la familia, en la empresa.
Los distractores de la visión.
Los distractores de la visión es todo aquello que nos desenfoca del objetivo. Estos tienen que ver con circunstancias, situaciones inesperadas, o con ofertas bonitas y atractivas pero que no son el verdadero objetivo que te propusiste.
Los enemigos de la visión.
Pueden ser estos internos o externos; pueden ser circunstancias económicas o espirituales. También, pueden ser amistades o enemigos, pueden ser otros o tú mismo.
Los resultados de la visión.
Los resultados de una visión grande y bien definida se miden el tiempo. Ninguna visión se puede medir sus resultados en un corto tiempo sino en el futuro. Puede parecer lo más loco y absurdo para otros pero para el que mira con claridad sabe lo que va a pasar.
El año que estamos terminando el lema es el poder del acuerdo. Este lema no está demás en ningún tiempo, es y será actual en todo tiempo y bajo cualquier circunstancia. Las palabras dichas por el Maestro a su discípulos: Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. (S. Mateo 18:19), cobran vida con el lema del año, “veinte veinte, la gran visión”.
No podemos llevar acabo la gran visón: En la familia, en la empresa, en la iglesia, en la nación, si estamos divididos. La visión por buena y grande que sea nunca será posible desarrollarla si estamos divididos. En cambio, cuando nos ponemos de acuerdo, todo será posible por difícil que parezca. Moisés aun cuando contradijo a Dios, se puso de acuerdo con Aarón, María, sus hermanos y con los ancianos del pueblo, la prueba que ellos estaban de común acuerdo fue la celebración de la pascua.
“Habló Jehová a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo: Este mes os será principio de los meses; para vosotros será este el primero en los meses del año. Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: En el diez de este mes tómese cada uno un cordero según las familias de los padres, un cordero por familia.” (Éxodo 12:1-3)
La gran visión para este año será oportuna para retomar aquellas cosas que creíamos no poderlas continuar, o comenzar. Incluso retomar hacer cosas con aquellos que usted nunca se imaginó hacerlo pero que siempre han estado en su corazón.
¿Cómo saber que una visión es grande?
Una visión es grande cuando te causa admiración a ti y a otros. Debe causarte miedo enfrentarla y asumir que eres él responsable que ella camine. Una visión tiene enemigos que querrán acabar con la visión y contigo. Si la visión no es atractiva, no sientes miedo, y no tiene enemigos es posible que no sea grande.
Si la visión es grande debe tener aliados que estarán contigo en todo momento.
“Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso. Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí. ¿Y en qué se conocerá aquí que he hallado gracia en tus ojos, yo y tu pueblo, sino en que tú andes con nosotros, y que yo y tú pueblo seamos apartados de todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra? Y Jehová dijo a Moisés: También haré esto que has dicho, por cuanto has hallado gracia en mis ojos, y te he conocido por tu nombre.” (Éxodo 33:14-17)
Si tu visión es grande el primer aliado que tienes es Dios. Tu segundo aliado que debe estar contigo en esa gran visión es tu familia. El tercer aliado es todas las personas que abrasen la gran visión como parte de su vida.
Declaración profética
En el año de la gran visión, Dios estará contigo para guiarte, dirigirte, hacia donde caminar. Tendrás recursos inimaginables, habrá personas que abrazarán la gran visión como parte de su vida. Dios es tu aliado, el Espíritu Santo es tu guía, Jesús es tu Salvador, tu sanador, tu protector, eres heredero y coheredero con Jesús el hijo de Dios. Profetizamos que tu visión alcanzará hasta mil generaciones. Esto es promesa del Dios el padre.
“Él hace memoria de su pacto perpetuamente, Y de la palabra que él mandó para mil generaciones;” (1 Crónicas 16:15).
Amén, amen, amen.